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Tratamiento Agorafobia Zaragoza

La agorafobia es uno de los trastornos de ansiedad que pueden llegar a ser más incapacitantes. En Terapéutica en Alza estamos especializados y ponemos tratamientos para ello en nuestra consulta de Zaragoza.

Los rasgos claves de la agorafobia son:

  1. La aparición de ansiedad y temor o crisis de angustia al encontrarse en lugares o situaciones donde puede resultar difícil o embarazoso escapar o donde no puede disponer de ayuda. En definitiva, es un miedo irracional a poder tener dificultad en llegar a un lugar seguro para la persona. Cada persona determina dónde está su seguridad. Lo normal será que su espacio de seguridad lo encuentre en su casa, en un hospital o en una persona que le pueda socorrer y sea de su confianza.
    Cualquier situación que cumpla esta característica puede convertirse en una situación agorafóbica. Las situaciones más típicas donde suelen darse los temores agorafóbicos son: estar en lugares con mucha gente; estar solo fuera de casa; hacer cola; viajar solo; viajar en autobús, tren o avión…
  2. Como consecuencia de lo anterior, el agorafóbico tiende a evitar estas situaciones, consigue pasar por ellas a costa de un malestar o ansiedad importante o necesita de forma imprescindible la presencia de un conocido para soportarlas.
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    Tipos de agorafobia que tratamos

    • Agorafobia sin historia de trastorno de pánico: caracterizada por la ausencia de antecedentes de crisis de angustia. En este caso la evitación agorafóbica no en el miedo a tener un ataque de pánico, sino en el miedo de sentir incapacitación o humillación pública como consecuencia de la aparición de síntomas similares a la angustia( Ej.: mareos, diarreas, palpitaciones…)
    • Agorafobia con historia de trastorno de pánico: se caracteriza por la presencia de agorafobia y por crisis de angustia en algún momento de la historia del trastorno.

    La forma más grave de agorafobia es la que presenta “miedo al miedo” y una conducta generalizada de escape de todo lo que puede resultar aversivo.

     

    Tratamiento para la Agorafobia en Zaragoza

    1. Psicoeducación: sesión educativa donde se explica al paciente en que consiste la ansiedad y la agorafobia, desde el punto de vista neurológico y psicológico y que empiece a aprender cómo actuar cuando venga una crisis o una sensación de malestar agorafóbico. Comenzamos a desmontar el trastorno de evitación experiencial en que se ha convertido la ansiedad y la agorafobia y que consiste en que cuanto más importante es para el sujeto no tener crisis de ansiedad o malestar agorafóbico y cuanto más intenta que no vengan, mayor probabilidad tiene de que ocurran. Y eso es así porque lo único que producen estos intentos de control para que no sucedan las crisis o el malestar, es más atención sobre las sensaciones corporales y mayor nivel de alerta en las situaciones de amenaza. Cuando el sujeto deja de estar en ese círculo vicioso del Trastorno de evitación de la experiencia interna negativa, porque ya no le importa tanto tener crisis, y, por el contrario, le importa más aprender como actuar en las situaciones en las que aparecen, en ese momento consigue un nivel basal bajo de ansiedad y un mayor nivel de autoconfianza y estima.
    2. Reeducación respiratoria: entrenamiento en respiración dirigida a evitar la hiperventilación o las sensaciones de falta de aire.
    3. Regresión hacia atrás en estado hipnótico: de esta manera vamos identificando las situaciones en las que sintió esas sensaciones de ansiedad o temor hasta llegar a la primera vez, y vamos encontrando y marcando los acontecimientos vitales que tienen que ver con la imposibilidad de satisfacción de los deseos o necesidades psicológicas básicas cuya no realización supone un esquema emocional negativo de peligro vital o caos al haberle faltado la confianza básica.
    4. Cambio de las memorias emocionales enquistadas, en estado hipnótico: Hacemos que el paciente desde su Yo actual pueda reestructurar todas sus emociones rescatando a ese Yo más joven que se sintió en peligro o que estuvo atrapado en el conflicto al no poder realizar sus deseos o necesidades básicos, y pueda realizar aquello que no pudo hacer o decir en aquel momento o, en todo caso, pueda entender por qué no pudo realizar sus deseos y, por lo tanto, pueda realizarlos ahora, delante del terapeuta, y ante la memoria de estar allí, o pueda ese Yo más joven reestructurar su miedo dándole los recursos necesarios de apoyo y valor desde el Yo actual y con la seguridad y la confianza básica del terapeuta.
      En la agorafobia y en los trastornos de angustia los deseos carenciales que solemos encontrar son:
      • El abandono o las relaciones de apego inseguras o desorganizadas en las que los niños no han recibido la atención de los padres frente a las diversas formas de estrés sufridas.
      • El condicionamiento del cariño: es decir la no realización del deseo de admiración incondicional que supone que no puedan tener un autoconcepto positivo y siempre condicionado a las demandas de los demás.
      • La falta de límites, o su inverso, la sobrelimitación: es decir, la no realización del deseo de ser limitado, de tener límites que le sirvan de guía y de encuentro de su identidad. Los sujetos que no tienen límites, que no han sido socializados desde estos, tienen numerosos problemas para luego poder aguantar las frustraciones de la vida y poder tener una vida interior y exterior adecuada. Los sujetos que tienen excesivos límites se hacen dependientes y les cuesta tener motivaciones internas.
      • La falta de autoridad desde el cariño que ha sido reemplazada por el miedo o el temor.
    5. Exposición en imaginación a las situaciones agorafóbicas: en estado hipnótico el paciente va viviendo en su mente como va pasando por las situaciones agorafóbicas, en un estado mental de seguridad y confianza.
    6. Exposición in vivo: en paciente se va exponiendo en su vida real a las situaciones que antes evitaba.

    Más información para el tratamiento de la agorafobia en Zaragoza

    Aunque existen denominadores comunes, la fobia social y el miedo a salir de casa se diferencian en dos aspectos fundamentales, por un lado en los síntomas específicos que se sufren, y por otro, qué es lo que desencadena la fobia o la ansiedad.

    Posteriormente a sufrir un ataque de pánico repentino, si no se trabaja ni se trata es habitual que se asocie este sentimiento de miedo paralizante a todo un espacio abierto como es salir a la calle, ya que la sensación de que se puede sufrir un ataque en cualquier parte se convierte en una realidad. Clínicamente este tipo de ansiedad tiene el nombre de agorafobia.

    Este pánico puede llegar a separar dos escenarios, nuestra casa y el resto del mundo. Al poner un pie en la calle, el cerebro emocional avisa urgentemente que en cualquier momento y en cualquier lugar se puede sufrir un ataque, por lo que todo se convierte en amenaza, residiendo ahí el verdadero problema, que el desencadenante es tan grande que no se puede abarcar y satura a la persona que sufre, quedando en una angustia atrapada por el caos y la insatisfacción.

    Con el tiempo las personas que padecen esta fobia necesitan ser acompañadas por familiares allá donde van, tratando de trasladar la seguridad del hogar a sus acompañantes. Se generan entonces sentimientos contradictorios, por un lado el cariño de quien te acompaña y, por otro, la sensación de ser una carga para las personas queridas. Esta situación insostenible suele llevar a la insatisfacción y a la angustia en las relaciones familiares.

    La respuesta está en la seguridad, ya que en la consulta de psicología evaluamos aspectos concretos de la ansiedad para focalizar una dirección concreta de tratamiento. “Si sé a dónde me dirijo, sé a lo que me enfrento”, empezando a mejorar la estima personal y convirtiendo lugares del espacio público en espacios seguros, como un bar concreto, la iglesia del barrio, una asociación, etc. Una vez recuperada la confianza, la compañía ya no será una necesidad, sino un deseo y un gusto.

    Síntomas del pánico en el miedo a salir de casa y a los espacios abiertos

    • Pérdida de control sobre uno mismo
    • Sensación de desmayo
    • Temor a la muerte inminente
    • Despersonalización y desrealización, experiencias inquietantes en las que puedes sentirte como si estuvieras fuera de tu cuerpo, o que no eres tú quien se encuentra presente
    • Dolor en el pecho y sensación de asfixia
    • Ritmo cardíaco intenso y elevado
    • Temblor muscular
    • Escalofríos o sofocos
    • Náuseas y malestar

    No es necesario sufrir todos los síntomas, siendo suficiente aquellos que generen sufrimiento y angustia, impidiendo vivir con normalidad.

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