Tratamiento para enfermedades psicosomáticas en Zaragoza
Terapia Presencial u Online. ¡Tú eliges!
Sufres de una o varias enfermedades que te generan dolor, visitas con frecuencia a diferentes profesionales de la salud para tratar de ponerle nombre a lo que te pasa, te hacen muchas pruebas, te analizan y no encuentran con exactitud lo que te ocurre, por lo que la incertidumbre se suma al dolor haciéndolo insoportable. No estás loco o loca, sabemos por lo que estás pasando.
La mente y el cuerpo mantienen una profunda e intensa conexión desde que el ser humano existe. Sabemos que el miedo y el estrés mental se transmiten al cuerpo, haciendo más visible y más dolorosa cualquier enfermedad que se sufra y, por lo tanto, cronificando los síntomas. Por ello, trabajar con esta parte del cerebro que agrava la enfermedad es fundamental.
Con el tratamiento para enfermedades psicosomáticas aprenderás la relación entre un estado mental alerta y su afección en el cuerpo. Aplicarás pautas de relajación que ayudarán a calmar la sintomatología física. Mejorará tu relación con tu cuerpo y el autocuidado, ya que la angustia mantenida durante tantos años habrá afectado a tu forma de cuidarte. ¡Llámanos y entenderás lo que te pasa!
La psicosomática es una de las especialidades dentro de la psicología sanitaria menos conocidas en nuestro país, no obstante, tiene beneficios bien reconocidos.
Cómo saber si mi enfermedad es psicosomática
Es frecuente encontrar en las consultas de todo el mundo pacientes padeciendo sintomatología precisa y/o difusa. En algún caso, a pesar de realizar múltiples pruebas diagnósticas, no se puede explicar la causa de su dolencia ni aliviarla, otras veces la medicación para una enfermedad determinada no hace todo el efecto esperado. Estas situaciones provocan la frustración del médico y por supuesto la del paciente que es remitido con todo su sufrimiento aun especialista tras otro.
Para saber si mi enfermedad es psicosomática necesitamos información sobre:
- Que mi dolencia no tenga una explicación médica clara.
- Que los tratamientos que he probado hasta la fecha no me funcionan con toda la eficacia que deberían.
- Si en periodos mi nivel de estrés/ relajación influye en la frecuencia o gravedad de la enfermedad.
- Si tengo tendencia a la somatización, es decir si tras una discusión o momentos de tensión siento ligeras molestias en el cuerpo, que se me agarrota la espalda, malestar gástrico, dolores de cabeza, dolores punzantes…
El psicólogo te ayuda a evaluar tu trastorno psicosomático
Enfermedades psicosomáticas más frecuentes
- Dérmicas: dermatitis y psoriasis.
- Gástricas: síndrome de Crohn, intestino irritable y úlceras.
- Sexuales: disfunción eréctil, vaginismo y anorgasmia.
- Neurológicas: vértigos, cefalea, migraña y síndrome de Tourette.
- Dolores: crónico, articular, de espalda y bruxismo.
Principales síntomas de los trastornos somáticos
- Úlcera de estómago: la primera enfermedad considerada de origen psicosomático. En general, los trastornos gastrointestinales son las enfermedades psicosomáticas más frecuentes (el hígado, los intestinos y el colon son, en efecto, los órganos objetivo de los trastornos psicosomáticos).
- Se dice que las enfermedades de la piel (no vinculadas a una enfermedad o a un virus) tienen un origen psicológico: la psoriasis, el eczema, las verrugas, el herpes, la sudoración excesiva, la rosácea, la sarna, las aftas aparecen cuando se está alterado o emocionado.
- Dolor en diferentes zonas del cuerpo (espalda, cabeza, pecho, estómago, etc.)
- Trastornos cardiorrespiratorios: sensación de falta de aire, sensación de tensión, pinchazos u opresión en el pecho, arritmia
- La pérdida de la libido también puede explicarse por un estado psicológico poco saludable.
- La presión arterial alta y las migrañas también se encuentran entre los síntomas de las alteraciones emocionales.
Además de estos, existen otros síntomas que pueden ser indicativos de enfermedades psicosomáticas.
No esperes para buscar una solución
Causas de los trastornos psicosomáticos
Las enfermedades psicosomáticas no tienen una única causa que las desarrolle aunque si pueden tener un disparador que hace que se desarrollen con más fuerza.
El órgano al que afecta guarda una relación directa con nuestra historia personal. Nuestras molestias actuales tienen mucho que ver con las cosas que nos callamos, ocultamos, soportamos y que ya están asumidas como cotidianas. Se llega a acumular mucha tensión, sin que podamos percibir el malestar y el esfuerzo que realizamos hasta que la dolencia se hace insoportable. Rara vez nuestro entorno es consciente de lo fuertes que tenemos que ser para mantener ese ritmo como si nada.
Cómo puede ayudarte el tratamiento
Trabajamos en colaboración con otros especialistas médicos para lograr que los tratamientos sean más eficaces.
Tardarás poco en comprobar que tienes poder para influir en el curso de tu enfermedad, que lo que piensas, sientes y haces tiene una relación directa con tu enfermedad. Conforme el tratamiento avance descubrirás que es un proceso enriquecedor, permitiéndote conocerte mejor. Te permitirá descubrir aspectos de tu vida que te habían pasado desapercibidos y que ahora cobran un gran valor.

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Psicosomática desde la psicoterapia
En cuanto a salud se refiere, las personas hemos establecido unas bases sencillas y a menudo nos cuesta salirnos de esas pautas: Si estas triste o te duele el alma vas a al psicólogo, si te duele el cuerpo vas al médico. Es sencillo y práctico, pero no exhaustivo.
La psicosomática es una de las especialidades dentro de la psicología sanitaria menos conocidas en nuestro país, no obstante, tiene beneficios bien reconocidos. No trata de sustituir a ningún profesional de la salud, todo lo contrario, puesto que los efectos de los tratamientos médicos y psicológicos se fortalecen si están unidos.
Siempre es recomendable seguir el tratamiento médico, pero sabemos que para algunas personas eso no les resulta suficiente. No son por casualidad las enfermedades que padece el ser humano y tampoco el lugar y el momento en que se manifiestan, el cuerpo produce dolor e inflamación no solo para defenderse de infecciones bacterianas provenientes del exterior, en ocasiones esas enfermedades son un aviso de que algo está fallando por dentro, que una parte de nosotros quiere ser escuchada, y lo habitual es no saber identificar de que se trata.
Es frecuente encontrar en las consultas de todo el mundo pacientes padeciendo sintomatología precisa y/o difusa. En algún caso, a pesar de realizar múltiples pruebas diagnósticas, no se les puede explicar la causa de su dolencia ni aliviarla, otras veces la medicación para una enfermedad determinada no hace todo el efecto esperado. Estas situaciones provocan la frustración del médico y por supuesto la del paciente que es remitido con todo su sufrimiento aun especialista tras otro. En los mejores casos un profesional de la sanidad entiende que las causas de esa enfermedad no son solo un cúmulo de causas mecánicas, ya que la forma en la que pensamos y nos emocionamos, nuestro nivel de estrés, afectan a nuestro cerebro alterando las estructuras neuronales, y simultáneamente todos estos factores también se reflejan en nuestro cuerpo.
Los limites autoimpuestos, el afecto recibido, ser reconocidos y valorados, la seguridad de nuestros actos, son algunas de las variables que nos influyen y según nuestra historia pueden ser decisivos en la aparición de las enfermedades y por consiguiente también en su sanación.